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MISIONERO DIOCESANO 2021 – Con San José disponibles para la misión

MISIONERAS DIOCESANAS
Testimonios en primera persona: Un año de pandemia.

Como cada año, fieles a la cita con nuestros misioneros y misioneras, la Fundación Misión y Promoción se ha reunido para repartir las ayudas a los proyectos presentados. Con la peculiaridad de tener al COVID-19 presente en nuestra sociedad, en nuestra vida, hemos preguntado a nuestros misioneros y les hemos pedido testimonio sobre su trabajo en estos momentos tan especiales y de tanta necesidad. Los misioneros nunca abandonan a sus comunidades.

Desde Casma, Perú. Comunicaros que hasta ahora la Residencia de Ancianos “San José” hemos tenido contagios y poniendo nuestro mayor esfuerzo hemos sabido salir adelante. Así mismo, la Posta Medica Santa Maria Magdalena sigue con su atención, aunque con menos horario y doctores, pero dando atención a parte de la población que no tiene otro sitio donde acudir, ya que el Hospital sólo atiende casos de COVID-19. Nos supone mucho esfuerzo económico, puesto que hemos tenido que adquirir Equipos de Protección Personal para los médicos y enfermeras, resultando todo muy costoso para nuestro presupuesto, siendo causa de que la ayuda monetaria destinada para el mantenimiento de la residencia esté casi anulada.

Pues desde Tegucigalpa, Honduras sigue paralizado. Desde ACOES estamos repartiendo mucha comida, se ha tenido que reinventar el trabajo. Están siendo días de mucho trabajo.

Desde otro punto de Honduras… por acá estamos desde el 16 de marzo en confinamiento, con muchas preocupaciones, porque dentro de la comunidad las posibilidades son escasas. Dos de nuestras familias tienen miembros con COVID-19 y ha sido muy duro el modo en el que los hospitales o la misma vecindad han dado respuesta. Desde nuestras posibilidades hemos estado respondiendo en alimentación y en ayuda con productos de higiene y bioseguridad, cada semana.

Nuevo Chimbote y otros asentamiento, (Perú)… En donde vivo, un asentamiento humano, fruto de una invasión (en total viven así en Nuevo Chimbote unas 30 mil personas), están dando comida cocinada en el salón comunal a más de 220 familias durante casi 20 días regalo de un empresario, ex-político. Un generoso gesto. Y el gobierno está dando 760 soles a más de 6.700.000 familias. En fin, el drama ahora es que un 30% de los pobres están cayendo a la extrema pobreza. Por eso empiezan los “comedores populares” con la olla común y otros medios para sobrevivir que ya en épocas anteriores de crisis surgieron como hongos por todos sitios.

Otro ejemplo: yo los domingos por medio de altavoces que tengo instalados en la Iglesia hago 20 minutos de oración con un texto del Evangelio, unas reflexiones sencillas, peticiones, padrenuestro y entono cantos religiosos. Como hay silencio en las calles se oye bien y a la gente le gusta. El domingo pasado, cuando terminé esta oración, vinieron a mi casa una pareja con mil problemas de salud mental (aquí hay un 15% de esta problemática en la gente) y buscaban mi escucha. Estuvimos 45 minutos hablando y sé que se fueron muy tranquilos.

Estos barrios en donde vivo y convivo están en el extrarradio de la ciudad y todo es ilegal: son invasiones humanas desordenadas y no hay obra pública: las calles son de arena, no hay agua (vienen camiones cisterna y la venden carísima) ni desague (es lo peor porque después de 7 años los pozos sépticos artesanales ya se desbordan y es un problema de infecciones tremendo), ni alumbrado público, ni una posta médica o comisaría, ni parques o plazas, ni…

Leyendo estos y otros testimonios se hace urgente que lleguen las ayudas a nuestros misioneros y sus comunidades. A pesar de que en España también estamos pasando por momentos de crisis económica, nuestros hermanos en la misión están pasando momentos muy delicados y de mucha incertidumbre. En 2020, por el confinamiento tan estricto, apenas pudimos celebrar el misionero diocesano y para este año 2021 tenemos que arrancar la campaña con mucha fuerza y hacer una colecta que nos permita enviar ayuda a nuestros misioneros. El Santo Padre afirma que “cuando, en la misión de la Iglesia no se acoge ni se reconoce la obra real y eficaz del Espíritu Santo, quiere decir que, hasta las palabras de la misión —incluso las más exactas y las más reflexionadas— se han convertido en una especie de ‘discursos de sabiduría humana’, usados para auto glorificarse o para quitar y ocultar los propios desiertos interiores”.

Necesitamos más que nunca extender nuestras manos hasta unirnos con nuestros misioneros diocesanos y como una sola iglesia afrontar esta crisis humanitaria, de la que saldremos más fortalecidos gracias a valores tan cristianos como la solidaridad. Nos unimos en oración con ellos y os pedimos ayuda pensando que algún día, tanto el estado de alarma como la emergencia sanitaria, terminarán y quedarán sus consecuencias.

Siempre agradecidos por vuestra colaboración os recuerdo que por tratarse de una entidad sin ánimo de lucro de las contempladas por la Ley 49/2002, las aportaciones realizadas a la FUNDACIÓN MISIÓN Y PROMOCIÓN dan derecho a deducciones fiscales.

ES40 0075 0007 5506 0236 2964 – CUENTA FUNDACIÓN MISIÓN Y PROMOCIÓN

Manuel Juan González Lozano. Administrador FMyP

Guion litúrgico Jornada del Misionero diocesano 2021

 

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