El pasado martes día 18 junio celebramos la Eucaristía de fin de curso. Este momento tan especial, sirvió para despedirnos de otro curso lleno de experiencias maravillosas, por las que queremos dar gracias y, por supuesto, también de “momentos difíciles”, de esos que nos ayudan a crecer.
Comenzamos realizando nuestra habitual peregrinación a la Misericordia, queremos dar las gracias a don Felipe por todas las cosas que hace por nuestro centro y por acogernos siempre en su parroquia con los brazos abiertos.
“Padre, al finalizar este curso te damos las gracias porque hemos podido aprender a vivir de una forma más sencilla y humilde. Gracias por ser ejemplo de sencillez para nosotros, Tú que, nacido en un pesebre, nos demostraste que no hacían falta grandes lujos ni riquezas para mostrar tu grandiosidad. Y María, una joven sencilla y humilde, que albergó en su seno al Hijo de Dios. Te damos gracias por este ejemplo de sencillez y entender que, si queremos seguir a Cristo, tenemos que llevar a cabo una vida sencilla, limpia, ordenada, sobria y austera. Gracias, Padre, por nuestras familias, porque en medio de las dificultades del día a día, nos acompañan y nos cuidan y nos enseñan a ser personas francas y sinceras y a seguir a Jesucristo como modelo de todo ello. Gracias por todos los miembros de la Comunidad Educativa y por todas las personas que han estado pendiente de todos nosotros durante este curso para ayudarnos a crecer y mejorar cada día”.
A continuación les mostramos diferentes momentos de dicha celebración:
Gracias a las familias por seguir confiando en nosotros y felices vacaciones a toda la comunidad educativa.
CLAUSTRO DE PROFESORES
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