El pasado martes 9 de junio, todos los alumnos del Colegio Diocesano Nuestra Señora del Remedio junto al profesorado disfrutamos de una Eucaristía en la que quisimos dar gracias a Dios por todo lo que nos ha ofrecido durante el curso escolar 2014-2015, por acompañarnos en los momentos difíciles, por guiarnos y nunca dejarnos solos ante las adversidades que se nos han presentado.
Este año, a diferencia de años anteriores, quisimos realizar este acto de agradecimiento a Dios, en un lugar diferente al habitual para poder estar todos unidos, por ello solicitamos a don Felipe poder ir a la Parroquia de la Misericordia. Don Felipe aceptó inmediatamente y desde el centro comenzamos la organización de dicho día.
Sobre las 10:45 y acompañados en todo momento por la policía, de forma ordenada (desde Infantil hasta 4º ESO) fuimos saliendo del centro para dirigirnos a la Parroquia. Aquí tenemos que agradecer la ayuda a todos los alumnos que ayudaron a los más pequeños a salir del centro de la forma más ordenada posible.
Llegamos a la Parroquia y siguiendo un plano de ubicación todos ocupamos nuestros lugares y comenzamos la celebración. Gracias a todos los alumnos que participaron activamente en la misma, ya bien sea leyendo, cantando o simplemente disfrutando del momento tan especial que vivimos. También agradecemos la labor al coro que amenizó, junto al resto de asistentes, toda la celebración con una serie de cantos preparados desde el centro.
Un año más finalizamos el curso escolar dando gracias a Dios por todo lo que hemos crecido como personas, por todo lo que hemos aprendido y por todos los maravillosos momentos que hemos vivido en el colegio junto a compañeros, profesores y junto a Dios, Jesús, la Virgen María, San Vicente de Paul, Santa Luisa de Marillac y Santa Catalina Labouré.
Durante las vacaciones de verano descansaremos y volveremos el próximo curso con “las pilas cargadas” para continuar avanzando en nuestro proceso de enseñanza-aprendizaje y lo haremos confiados, sin miedo, porque sabemos que Dios nos acompaña y nunca nos dejará solos.
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