“Quiero animaros a cuidar mucho estos días la cercanía con Dios, especialmente en la oración que brota de las celebraciones de la Iglesia, sobre todo en torno a la Eucaristía, donde Él sigue viniendo real y plenamente a nosotros. Así como la cercanía hacia los que nos rodean, tanto en nuestras familias como en las comunidades cristianas y humanas de las que somos parte, aproximándonos a quienes puedan tener más necesidad de sentirnos cerca: quienes sufren, están enfermos, son marginados, son muy mayores o están solos”.
Deja un comentario